Lucía Martínez es una madre separada a la que le cuesta encontrar un trabajo compatible con el horario de sus hijos. Tras haber encontrado a Miguel, su exmarido, en su propia cama con otra mujer, y después de eso, reconocer sus continuas infidelidades, ella pierde su personalidad alegre, segura de sí misma y siempre feliz, para sumirse en un sentimiento de frustración; no entiende qué hizo mal para que su marido le pusiera tanto los cuernos. Miguel insiste en que no ha amado a ninguna otra mujer y que una cosa es el corazón y otra el cuerpo. La acusa de tener una mente cerrada y trata de convencerla para que conozca el mundo en el que le gusta moverse a él, para que puedan seguir con su matrimonio. Ángel Bueno, propietario de una empresa multinacional de telecomunicaciones, hace seis años perdió al amor de su vida y se prometió que nunca más volvería a enamorarse. Desde entonces, tiene fama de mujeriego empedernido, frío y distante con todo el mundo, y no le importa nada. Solo tiene una regla en su empresa: el respeto, y eso incluye no acostarse con sus empleadas. Pero cuando por casualidad vea la foto de Lucía en su currículum, no podrá evitar sentirse atraído por ella. No dudará en contratarla pese a que tiene la norma de no contratar a mujeres con cargas familiares, y no solo eso, sino que le proporcionará el mejor horario que se adapte a sus hijos y se inventará un puesto de trabajo para tenerla más cerca de él. ¿Volverá Ángel a enamorarse o solo será una atracción pasajera? ¿Podrá creer Lucía que un hombre con fama de mujeriego no le hará lo mismo que su exmarido desde el primer día?