El autor nos brinda los "destellos" que han ido conformando su vida, entretejida, de forma magistral, con los sucesos "de" su terruño. Privilegiada es la "memoria" de Arnaldo, que nos permite conocer detalles, y los matiza de manera excepcional con los sentimientos propios, al vivir él mismo o de cerca, importantes momentos de nuestra historia. Dichoso el autor, que ha podido brindarnos estas páginas gracias a su lucidez "octogenaria". Y dichosos también nosotros, los lectores, al poder disfrutarlas.