"Uno tan sólo tiene que echar un vistazo a la prensa diaria de cualquier país para darse cuenta de que algo está cambiando radicalmente en todos los lugares. No se trata de pequeños cambios a los que todos estamos ya acostumbrados, sino de cambios de gran calado social, que pasan por todos los ámbitos conocidos.
El trabajador de a pie que hace unos años tenía aspiraciones ha dejado de tenerlas; la división tradicional entre hombres y mujeres está dando paso a una serie de géneros intermedios que reclaman el derecho a ser tratados como iguales en todas los rincones del mundo; la tecnología que nos persigue como un perro de presa y que nos está convirtiendo en sus servidores sin que sepamos aún cuáles pueden ser las consecuencias a la larga; los niños no juegan ya en la calle de la forma en que lo hacíamos nosotros no hace tanto tiempo; las parejas se desmoronan en cuestión de poco tiempo; los valores que aprendimos de niños no tienen ahora la misma validez; hombres y mujeres buscan su identidad de formas tan distintas y a pasos tan agigantados que necesitamos tiempo para asimilarlo todo; los gobiernos cada vez se parecen más los unos a los otros y parece que buscan tan sólo su propio beneficio al margen de lo que la sociedad solicita reiteradamente; lo políticamente correcto se ha convertido en filosofía de vida para casi todos que, ahora, miden mucho más sus palabras de lo que era el caso hace un par de décadas...Y así hasta el infinito..."