Cuando Elec rompió conmigo, lo último que necesitaba era convertirme en vecina de alguien que me recordara a él. Damien era una versión más atractiva de mi ex. También tenía dos perros gigantes que me mantenían despierta con sus ladridos. Él no quería tener nada que ver conmigo, o eso creía… Hasta que oí risas a través de un agujero en la pared de mi dormitorio. Damien había estado oyendo todas mis sesiones telefónicas con mi terapeuta. Ahora, el artista sexi de la puerta de al lado conocía mis secretos más profundos e inseguridades. Empezamos a hablar, y me dio consejos para superar mi ruptura. Se convirtió en un buen amigo, pero dejó claro que no iba a ser nada más. El problema era que yo me estaba enamorando de él. Y cuanto más intentaba alejarse de mí, más podía notar que él sentía lo mismo… porque el latido de su corazón no mentía. Pensaba que Elec me había roto el corazón, pero estaba equivocada: seguía muy vivo y latía con fuerza por Damien. Tan solo esperaba que no me lo rompiera para siempre.
After getting dumped, the last thing I needed was to move next door to someone who reminded me of my ex-boyfriend, Elec. Damien was a hotter version of my ex. The neighbor I’d dubbed “Angry Artist” also had two massive dogs that kept me up with their barking. He wanted nothing to do with me. Or so I thought until one night I heard laughter coming through an apparent hole in my bedroom wall. Damien had been listening to all of my phone sessions with my therapist. The sexy artist next door now knew all of my deepest secrets and insecurities. We got to talking. He set me straight with tips to get over my breakup. He became a good friend, but Damien made it clear that he couldn’t be anything more. Problem was, I was falling hard for him anyway. And as much as he pushed me away, I knew he felt the same…because his heartbeat didn’t lie. I thought my heart had been broken by Elec, but it was alive and beating harder than ever for Damien. I just hoped he wouldn’t shatter it for good.