Medir el amor de Dios con el poco amor que acoge nuestro corazón es como querer explicar la grandeza del mar con un poco de agua en nuestras manos. El hombre es capaz de deslumbrarse por las maravillas que nos muestra la naturaleza, pero es incapaz de descubrir las maravillas que se esconden en su propia vida. Nos empeñamos siempre en prepararnos para un mejor futuro y nos olvidamos de vivir el presente, sin saber que en el presente está la clave para mejorar el futuro. Perdemos tiempo pensando en lo que dejamos en el pasado porque de ahí no se moverá; tenemos que aprender a escuchar a nuestro corazón, porque donde esté, ahí estará la primavera. Nunca debemos dejar de buscar, de querer aprender de la vida, porque ese es el único camino que nos llevará a encontrar a nuestro verdadero Dios. Un hombre de corazón es "Como quien descubre un nuevo amor que le da fuerzas de luchar, acepta su verdad y decide caminar las huellas del hoy... ¡Así nace un nuevo hombre en el amor!"Robert Maximiliam