Vivimos un tiempo de recogimiento, de sentir y de escuchar, de preguntarnos el sentido de esto que nos amenaza y plantearnos hipótesis de respuestas. Es un momento en que todos estamos afectados, donde se pone en manifiesto nuestra esencia y crece nuestra sensibilidad con noticias innecesarias que nos sumergen en la oscuridad.Considero que solo nos salvará el encuentro renovado, paradójicamente, en paralelo a la necesidad de aislamiento como único remedio. Hablo de encuentro renovado, que nos permita asumir compromisos con lo que nos sostiene; ya sea la familia, los amigos o el arte que nos convoque; pero abordando cada una de estas cosas más consciente y responsablemente, con nuevas formas de sentir, con gratitud y optimismo. Traigo ahora palabras de mi querida profesora de canto y expresión, Marcela Cuomo: desde mi ser artistadejándome acompañar por aquellos que creemos en el arte como un refugio certero para desperezar nuestra humanidad acompañando procesos de transformación a través de la voz cantada y hablada para desempolvar nuestro artista; porque el arte nos rescata. Que el arte nos ayude a iluminar nuestros corazones y sea un faro en este tiempo para transformar, como diría Pichon Rivere, lo siniestro en maravilloso, renovando nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Es purificador observar alrededor reconociendo el camino recorrido y tomar este tiempo como la oportunidad de poder elegir el camino que planeamos recorrer, renovando las fuerzas y celebrando la vida para fortalecer nuestros corazones, seleccionando y redireccionando los cambios; pero siempre abrazando la experiencia vivida.