Cuando andaba por los cuarenta empecé a sufrir unas hinchazones intestinales muy molestas que perturbaban mis sueños. Este pequeño problema del que ninguna medicina ni alopática ni alternativa encontró la causa, no hizo más que empeorar. Mi salud se degradó año tras año y mi rostro se cubrió de desagradables manchas oscuras.
Por casualidad, cinco años después de que se desencadenaran esos problemas, por fin empecé a oír hablar por primera vez de las prácticas de higiene intestinal.
Gracias a esas prácticas que ya existen desde la noche de los tiempos, pero que están cada vez más olvidadas por la práctica médica, he podido recuperar mi vientre plano, la cintura afilada, la calma, un sueño descansado, una bonita piel libre de esas desagradables manchas oscuras, y la vitalidad que había perdido.
Son ya más de diez años que practico con éxito la higiene intestinal. Mi testimonio os permitirá conocer qué es la higiene intestinal, cómo practicarla y los beneficios que puede aportaros en lo que concierne tanto a los problemas del aparato digestivo, como a los de vuestra piel, vuestros ojos, vuestro peso, vuestros dolores, las tensiones premenstruales, los problemas de vuestros humores y vuestros sueños, y todos los demás pequeños y grandes problemas que inevitablemente se derivan de la progresiva obstrucción del colon.