El que dos seres tengan la infinita fortuna de coincidir en tiempo y espacio, de tal suerte que toda su existencia pueda ser definida por la absoluta necesidad de pertenecerse, no quiere decir que el universo vaya a estar de acuerdo con ello. La realidad siempre seguirá su curso, completamente indiferente a los planes que para ella hagamos. Esto es lo que sucede al mundo de Annie y Ed, solo la realidad. Lejos de vivir dramas de amor y desamor, lejos de las tormentas que suelen acosar las relaciones y a pesar de la certeza que ellos tengan sobre lo que quieren, la vida les depara situaciones que van más allá de sus decisiones, sin darles oportunidad de forjar su destino. Sin embargo, al igual que la caja de Pandora, lo que siempre encontraremos en el fondo de cualquier situación, será esperanza, solo tienes que aguantar aquello que viene antes. Quién sabe, quizá no todo termina aquí, quizá este sea un ensayo de la verdadera existencia, quizá aquí únicamente armamos el cimiento de lo que buscamos. Vale la pena hacerlo de la mejor manera.